6 sept 2007

El cine de la A a la B


Una viene detrás de la otra, y es que A sabe que no tiene sentido sin B. Aguantaban como podían en un mundo hostil, conscientes de que siempre podían contar con la otra, aunque fuera de forma más teorica que práctica. Cada una, des de donde estuviera, norte o sud, podía notar la otra.

Eran el último bastión, un último reducto en un mundo dominado por F y X.

A y B se dedicaban a las dudas. Unas dudas que ninguna podía resolver. No daban respuesta. Sólo se questionaban las cosas que carecían de sentido.

Miraban al interior, y al exterior. Hablaban de sentimientos, y de pensamientos.

Hace ya tiempo A sufrió un infarto cerebral al poco tiempo de que B anunciara que dejaba el cine.

Y es que A y B tenían dos estilos tan reconocibles como opuestos, pero también complementarios.

A y B han perecido. Los han matados las respuestas, las sentencias. Todas falsas, claro. De manual. De las que matan.

Y no podían vivir con tantas dudas...

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